Varsovia es una de las capitales europeas que crece a mayor velocidad y son muchos los visitantes que se sorprenden de su extraordinaria belleza. Arrasado durante la Segunda Guerra Mundial, en 1950 el casco antiguo fue reconstruido y restaurado hasta recuperar su antiguo esplendor. En la actualidad, el centro histórico de Varsovia está catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Entre algunos de los emplazamientos que no debe perderse se encuentran el castillo real de estilo barroco y la colorida plaza del mercado con sus numerosos restaurantes.

Otros puntos de interés incluyen el Museo del levantamiento de Varsovia, dedicado al levantamiento contra la ocupación nazi en 1944. Además, el monumento a los héroes del gueto de Varsovia y la plaza desde la que los judíos fueron enviados a los campos de aniquilación constituyen otros recordatorios de la historia de la ciudad. El Palacio de la cultura y de la ciencia, un obsequio de Stalin a la población de Varsovia, aún hoy genera reacciones muy diversas, aunque no se puede negar que la vista desde la trigésima planta del colosal rascacielos es impresionante. Si se siente cansado del ajetreo de la vida urbana, una visita al palacio de Wilanów y al inmenso parque real Lazienki (baños reales) suponen la oportunidad ideal para relajarse a las afueras del centro.