Cracovia es una cuna de cultura y arquitectura y, en los callejones y soportales del barrio viejo, podrá disfrutar de una exuberante vida nocturna. En el siglo XIII, mientras que la plaza central de Rynek Główny ya era un lugar de intercambio de mercancías, la familia real polaca mantuvo su corte en el castillo renacentista de Wawel durante quinientos años. No resulta extraño, por tanto, que Cracovia tenga más edificios históricos, monumentos y obras de arte que ningún otro lugar de Polonia.

El barrio bohemio de Kazimierz, una antigua zona judía de la ciudad, y el barrio viejo son los dos emplazamientos con más encanto de Cracovia. Además, en esta ciudad florecen las culturas alternativas, ya que se han reformado tanto las sinagogas que estaban en decadencia y como los barrios residenciales de clase baja. Y, constantemente, se inauguran nuevos restaurantes y bares. Mientras, en el museo Galicja, la historia de Kazimiertz se reproduce en fotografías: 40 000 judíos de Cracovia fueron perseguidos y asesinados durante la Segunda Guerra Mundial. Este museo también organiza viajes al antiguo campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.