Fráncfort ofrece dos caras: la de una pequeña ciudad de Europea central y la de una metrópolis internacional, que alberga del segundo aeropuerto más grande de Europa, además de ser la sede del Banco Central Europeo. Al recorrer sus calles, el inglés se oye casi tan a menudo como el alemán, mientras que el centro de la ciudad, poblado de rascacielos, recuerda a la ciudad de Nueva York. De ahí que a Fráncfort se la conozca como "Mainhattan", en honor, también, a su río Meno (en inglés, Main).

Desde el punto de vista gastronómico, se trata de una ciudad muy internacional ya que cuenta con más de 3000 restaurantes que representan las costumbres culinarias de 70 países diferentes. Entre las delicias locales dignas de mención encontramos el vino de manzana Ebbelwei, que podemos encontrar en su forma más genuina en las bodegas del precioso barrio Sachsenhausen. A lo largo del río Meno encontramos el popular mercadillo de fin de semana junto con una interesante variedad de museos. Los jardines botánicos Palmengarten del bosque Stadtwald ofrecen un refugio de paz y tranquilidad natural en pleno centro urbano.