Seúl es la ciudad con dos caras: una representa la antigua cultura de la ciudad y otra, las últimas tendencias. Las teterías y pequeñas tiendas del barrio histórico de Insandong, los jardines Biwon, el parque Namsan y los exuberantes palacios reales ofrecen un contraste fascinante con el mar de luces de neón, los rascacielos y lo último en tecnología. Mientras que el canal que se ha excavado en el pavimento de Seúl recorre el centro rodeado de hermosos bulevares, una tranquilidad como de otro mundo parece prevalecer en los jardines de los templos de la ciudad.

La séptima metrópoli más grande del mundo es el centro de la cultura pop asiática. Aquí los elegantes restaurantes de fusión compiten con los puestos de comida callejera, y la alternativa a las boutiques de diseñadores de Cheongdam-dong y Apgujeong-dong es el tradicional mercadillo Namdaemun. A tan solo un breve trayecto en tren desde Seúl, los viajeros encontrarán playas de arena rodeadas de montañas y rocas. Además, si lo desea, puede pasar la noche un templo, hacer senderismo o practicar esquí.

Si viaja en abril y busca la renovación espiritual, no se pierda el Festival de Faroles de Loto, donde los participantes llevan faroles de diversos e imaginativos diseños hechos a mano.